RETO MÓDULO 1
Buenos días,
Como ejercicio del curso se nos pide hacer una reflexión sobre una noticia de este año acerca de una desigualdad de género.
Aquí va la mía: Mujeres ante la desigualdad de género: “Necesito el sueldo para mantener a mi hija, pero solo puedo trabajar 5 horas”
https://www.antena3.com/noticias/economia/mujeres-desigualdad-genero-necesito-sueldo-mantener-hija-pero-solo-puedo-trabajar-5-horas_2024030865eb4097ab79d800018a821c.html
El artículo señala que, en España 9 de cada 10 personas que se reducen la jornada laboral para cuidar de los hijos son mujeres; indica que, según el INE, el último trimestre del año pasado 28.300 hombres trabajaban con jornadas parciales por tener que cuidar a sus hijos o personas dependientes, frente a 352.000 mujeres.
La noticia cuanto menos es impactante, y la pregunta que subyace podría ser la siguiente, ¿es la maternidad una de las principales causas de desigualdad en nuestro país?
La respuesta parece sencilla, es un rotundo sí.
Está claro, y los números hablan por sí mismos, que la maternidad/paternidad en términos generales, no afecta de la misma manera al desarrollo profesional de ambos miembros.
El mismo artículo describe el último informe de “Women in Business” elaborado por la Asesoría Gran Thornton, que indica que en los últimos 20 años el número de mujeres que ostentan cargos de responsabilidad en nuestro país ha crecido en 26 puntos. Son cifras extraordinarias, pero quizá el estudio estaría mas completo si incorporara cuantas de esas mujeres con cargos de responsabilidad son madres o tienen personas a su cargo.
La cuestión que podría plantearse es si todavía, a día de hoy, es la mujer la que tiene que elegir entre su desarrollo profesional y la crianza; ¿Tienen las mujeres en España que elegir entre ser madres y su ambición profesional?
Parece que sí, hacen lo que pueden, pero terminan eligiendo. Eligiendo no ser madres o buscando alternativas laborales más conciliadoras, menos exigentes o absorbentes, estudiando, reduciéndose la jornada, o incluso dejando el trabajo.
Se ha hecho un tremendo esfuerzo en nuestro país, y podría agradecerse a los padres y madres que tanto esfuerzo han puesto en ello, en educar a las niñas en autonomía e independencia: independencia económica, social, sexual y emocional.
Pero la maternidad, y los roles aprendidos en la crianza de los hijos a través de generaciones no se han tocado y se han heredado. Solo ahora, empiezan a transformarse, lo que supone un atisbo de esperanza que puede transformarse en que los ahora niños/niñas, tengan unos referentes distintos y en el futuro la crianza se afronte de manera diferente, más igualitaria y desde el nacimiento.
Sin duda una reflexión es necesaria, la sociedad, las políticas, la educación y el propio sistema tiene que actuar y acompañar a las mujeres para que elegir no sea obligatorio, y que, de esta manera, el techo de cristal, la igualdad salarial, contabilizar los porcentajes en los cargos de responsabilidad sean indicadores obsoletos que sean el recuerdo de un escollo ya superado.
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